sábado, octubre 13

A una semana de todo

Estoy en el borde de la cordura y el desquicio total bajo un silogismo compuesto de la premisa del amor, y la identidad. Esta última semana e surcado mi casa de cabo a rabo escudriñando cada rincón que pueda darme alguna señal dilucidadora de la verdad que no entiendo. Desde la semana anterior en la que me enamoré vaticiné un desencanto semejante o mayor que el de mi primer enamoramiento. Durante ese baño pensé en ella, en su magnificencia, su personalidad, sus piernas, su sonrisa y de pronto, imaginé meses de compartir momentos inolvidables inocuos que culminaron en una imprescindible ruptura. Fue tan real que un puñal de melancolía me golpeo directo a mis entrañas y, perdiendo toda mi energía vital me derrumbé en el suelo. El temor fue tan severo que no distinguía si ya había pasado o predecía el futuro con una extraña habilidad profética recién adquirida.
Hoy es un sábado que significa un paso más en mi metamorfosis, en la misma transgresión de mi persona:
-Jueves: Fui a la iglesia a confidenciarme con un sacerdote.
-Viernes por la mañana: Llegó el cerrajero. Al abrirle pasó a la casa y de no haberme movido me habría golpeado de frente. Venía vestido con una elegancia incongruente con su oficio. Nunca había visto un cerrajero de corbata. Lo primero que me pidió fue un recorrido de la casa. Tenía una mirada imponente y accedí sin dejar de pensar que era un ladrón que buscaría el punto débil de alguna ventana o puerta para después entrar a cometer fechorías. Pero en ese mismo instante tenía la facilidad de meter la mano a su maleta, sacar su pistola de 9mm con silenciador y perforarme la frente en un instante. Vio mi habitación completamente limpia. Después pasamos al estudio el cuál era un desorden pues acostumbro dormir allí en el sofá casi a diario. Y por último lo conduje escaleras arriba a mi azotea. Llegamos ante la puerta de Roni, giró la perilla y la puerta quedó abierta. Me pidió $150.ºº y se retiró sin permitirme que lo escoltara. Y la puerta siguió abierta ante mi temor de encontrar un cadáver putrefacto, lo cual no fue así.
-Viernes a mediodía: Salí de la casa lo más rápido posible y fui con ella. Le confesé estar enamoradísimo, y me cuestionó donde estuve toda la semana, dijo que me marcó el miércoles por la noche pero el teléfono estaba descolgado. Lo sé, además estaba indispuesto en ese momento. Quisiera habérselo dicho pero la vergüenza me amordazó. Le di un beso y regresé a casa.
-Viernes por la tarde: Interrumpí la lectura con un fuerte coraje, y a modo de berrinche derrumbe las torres de libros que habían por toda la habitación. Subí con paso decidido al cuarto de Roni. Me paré frente a su buró viéndome en el espejo y me noté ojeroso, distinto. Allí estaba una cajetilla de camels. Tomé uno. Encontré unos cerillos. Encendí el cigarrillo retrocediendo hasta sentarme en la cama, y al tirar la primera bocanada de humo vi desde el espejo el reflejo de Roni que me miraba desde la puerta. Tenía los ojos reventados en cólera y me dijo: ¡Que puto eres! y bajó corriendo. Tiré el cigarro y corrí a la calle. No lo encontré. Di varias vueltas por la colonia buscándolo. Al regresar salía algo de humo de la casa.
-Viernes por la noche: Me quedé sin azotea sin cuarto de Roni. Fue mi culpa sin duda. Los bomberos llegaron pronto a detener el incendio pero todo vestigio de Roni en casa comenzaba a desaparecer por si solos, el fuego fue un rápido apoyo, nada más. No sé cómo le rendiré cuentas.
-Sábado: Madrugué o más bien fui victima de un tremendo insomnio. Revisé las pocas cosas que pudieron ser rescatadas. Entre las tres camisetas que sobrevivieron de la ropa de Roni encontré una que me pertenece. Él siempre la usaba. Le gustaba. Decía que se veía intelectual-mamón como yo pretendo ser. Me la puse a pesar del aroma a ceniza penetrado y salí a comprar algo para desayunar. Una vecina me vio, me saludó pero llamándome "Roni", por la camiseta supongo.

2 comentarios:

Carla Bermúdez dijo...

aii roni nomas llegó a arruinarte tu viviendaa :/

Anónimo dijo...

hay algo que se llama Disforia y me imagino que sería un segundo título para este cuento-diario. si es como me imagino el final entonces està muy FREGòn, si es como no pienso entonces està fregonamente impredecible. como rezarìan en los expedientes secretos x: "la verdad està allá afuera" y si roni gusta de co-habitar en el exterior es porqué alguìen lo prefiere allà; exire en latín es salir; pero esa forma sólo se heredó en lenguas anglosajonas; nuestro español tomó su "salidad" de la palabra en latín correspondiente al verbo saltar,.. me he saltado la opiniòn ìntima para salir avante a las afueras del compromiso, como ariel. se me entendió?